martes, 29 de noviembre de 2011

Escondido 19

Estaba escondido en Bella Vista, una pequeña parroquia que se encontraba solo a 5 minutos de Santa Risa y de La Avanzada. Me encontraba en una covacha al otro lado del río. Era propiedad de Maylin. En ese terreno cercado tenía todo lo que necesitaba, frutas, animalitos y una pareja de ancianos que cuidaban la siembra y ahora me cuidaban a mí.
Me asignaron un cuarto de atrás, donde se quedaba a dormir Maylin cuando iba a pasar el fin de semana.
El día en que Barcelona jugaba su partido por los cuartos de final con el Colo Colo en Chile, los viejitos que eran amarillos sacaron el televisor a la vereda y llegaron otros campesinos a ver el cotejo.
Fue un encuentro memorable. Barce arrancó perdiendo, le expulsaron a dos jugadores de manera inexplicable. Los defensas salvaron dos goles de la raya y pasamos susto todo el primer tiempo. En la segunda mitad del juego el equipo se acomodó y todo fue contragolpes. Aun así el panorama era difícil. Sin embargo se logró aguantar hasta el minuto 90. El juez adicionó 4 minutos más. Colo Colo atacó y Barcelona contragolpeó y anotó el empate. Cuando llegó el gol torero escuché los gritos hasta de Santa Risa. El ídolo tenía la costumbre de hacer sufrir así a su gente para terminar dando alegrías.
El partido de vuelta sería en una semana. Me moría de ganas por estar en Guayaquil. Algo se me tenía que ocurrir.
Esa madrugada Jhon me llamó para decirme que no solo Nine me buscaba. Ahora había un grupo de policías que iba a allanar viviendas en secreto.
Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de usar el twitter para desviar la atención. Publiqué una foto vieja del Puyo como si yo estuviera allá. Me enteré que hubo un gran movimiento de uniformados durante tres días. Entonces supe que era lo que tenía que hacer.
Con mi orden de captura, muchos tuiteros tenían miedo de enfrentarse al poder en las redes sociales. Algunos habían sido detenidos por el solo hecho de insultar a El innombrable en su cuenta de twitter.
Como las cuentas de facebook y twitter se habían vuelto un medio de espionaje muy útil para el poder, la gente optó por una nueva estrategia: No poner nada en la biografía, cambiar la ubicación y poner cualquier avatar, menos su foto. Así le sería más difícil al régimen saber quien opinaba diferente. A mí me sirvió, de @CheoPereira cambié a @CheoGomez. Para ese entonces había muchas cuentas idénticas, pero con variantes. Sin habernos puesto de acuerdo, miles de personas estábamos haciendo algo en común.
En Guayaquil un Banco muy conocido fue cerrado. Nadie supo los motivos, pero ese día fue de caos. Jhon me volvió a llamar y me dijo que pensaba que era el momento de hacer pública esa información. Yo le dije que no, que quizá eso solo aceleraría la debacle nacional.
El país estaba entrando en ambiente gris. La gente sabía lo que pasaba, pero nadie sabía cómo actuar. Todos tenían miedo a protestar, a contradecir a un partidario del innombrable. Las paredes tenían oídos.
A pesar de lo que pensaba, la idea de Jhon de publicar el video me quedó dando vueltas en la cabeza. Esa noche @Mayita_A fue a acompañarme y me dio algunas ideas para despistar a la policía, ideas que alterarían el rumbo de la historia que estábamos viviendo y que yo no dudaría ni un segundo en poner en práctica.

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